Wednesday, August 12, 2015

26.- La más bella


Despertó un rayo en tus ojos
y se alojó en mi pecho como un galope.

Pero mis manos agonizan cuando apareces
detrás de mi sombra levantándose de un sueño.

Juego con tus besos imposibles al caer la noche
y tus besos son como agua de lluvia en el desierto.

Hice que un coro de sirenas cantara
para invitarte a un baile en el tren de octubre.

Voy a morder tu silueta
con una flor de espinas mansas.

Caminas como un velero en una tormenta
y yo muero de celos porque te miran las estrellas.

Son tus manos dos hechizos en mi destino
que reposan en secreto como las alas en el viento.

          Plantaré tantos besos en tu espalda
          que se derramaran por toda la cama.

Y tu estallas cada mañana para verte luminosa
aunque eres más bella que la luna sonrojada.


          Acabas de llegar en la cola de un cometa,
          pero tus ojos ya estaban dentro de los míos.

Tu manos llenas de blancos suspiros
y mi amor calla un beso escondido en tu boca.


La última lluvia quebró el vuelo de una gaviota
al revés de la luna te espero con una rosa revoltosa.


Eres las arrugas del mar de color invierno
y yo la playa donde vienen a romper tus caricias.


Si mi amor tiñes de sombras amarillas
un acero baja separando mis labios de tu piel.


25.- Bandida


Te abracé en los rizos del mar
como si fueras gaviota pintada en el cielo.
Después deshice la espuma de las nubes
con sólo sentir tu risa.

Todos los días voy a la abismo
al mirarte a los ojos
y es tu nombre la morfina
que detiene mi paso hacia el vacío.

La guitarra sacude sus melodías
cuando acaricio su madera
así mis manos irán por tu piel
hasta que estalles de miedo.

Doblé una esquina
con las fuerza de tus besos
haría un abismo en el viento
si tu amor durmiera conmigo.

El río de la mañana
me cuenta secretos de tus sueños
y remolinos de embrujos
que ni tu sabes donde se acuestan.

Una letra tuya flotando en la escarcha
basta para que suspire el lucero,
dos pétalos de plomo en tus ojos
y se cae la luna en una tinaja.

Sabía que eras una bandida.
Me matas todas las tardes
con tu puñal de ausencia.