Wednesday, May 01, 2024

228.- Poemas artificiales

 

Versos cósmicos

 

Ráfaga indómita

brisa que escurre entre los juncos

como en canto de un ave herida 

alto lamento de metal

bruma incandescente

latido de trompeta final

eco en las cavernas infinitas 

daga de gotas afiladas 

tambor que llama a la guerra 

alarido de una bestia ancestral

mis cuerdas rotas 

susurro celestial

fantasmas en la niebla

mosaico de la memoria

huellas inmortales

llama que consume el alma

ojos vigilantes en la noche

universo que se estremece

sol de mi existencia

rayo de esperanza en la oscuridad

un mar blanco bajo mis pies

paño infinito donde pinto mis sueños

diamantes que iluminan mi alma

copos de libro abierto

ansío descifrar mis versos

bisturí que abre mi corazón

busco entre las ruinas celestes

breve ave con las alas rotas

ángeles caídos en la tempestad

mar sin orillas

jardín marchito por el desamor

poemas escritos con lágrimas.

imaginando la noche

noche que emerge 

abismo de estrellas 

canto de sirena en la oscuridad 

irreal como un sueño 

luna plateada espejo del alma 

sabor que se esfuma en la memoria 

beso de quimera fugaz y ardiente 

soplo de juventud entre copa y carcajada 

himno a la rebeldía

osadía galante 

pasiones adormecidas en la bruma 

eco de risas que aún resuenan noche

guardiana de secretos 

altiva primavera que brota en las venas

fruto incandescente de la vida 

noches que tientan con su misterio 

fantasmas que palpitan en la memoria 

heridas de nostalgia que sangran en silencio 

efímero regalo del tiempo sepultado 

recuerdos que resucitan en la vigilia 

éxtasis de dicha liberada en el ensueño 

noche gentil nevada y evanescente 

gema cálida que brilla en la memoria 

joyero del pasado que guarda tesoros 

ilusión que se dibuja en el firmamento 

flotan los sueños desterrados en la inmensidad 

ángeles de nieve que susurran deseos 

anhelos sin nombre que danzan en la noche 

en el altar de la oscuridad

una sinfonía sin nombre 

tiempos plasmados en la eternidad del recuerdo.

 

Memoria eterna

 

En la cripta del recuerdo

el tiempo fósil

teje la red de telarañas lentas

melancólica llave que abre las puertas

pasado que hiere

pasado que no muere

tiniebla que renace

eco fantasmal de lo que fue

de lo que ya no existe

mago del olvido

tiempo que borra la estela del ayer

la huella del dolor

tardes vacías

solo queda la ficción

un eco lejano en un abismo frío

tahúr de la memoria

astucia que miente

baraja de recuerdos

pasado que no existe

solo un espejismo

viento que susurra en un cielo vacío

estatua de sombra en una plaza oscura

acto secundario en una obra extinta

pacto ancestral

alba que nace

noche eterna

tiempo que expira

enigma sin rostro

pregunta sin voz

presente de lo que fuimos ayer

nuestras manos bajo la noche

lunas y ciudades en un espejo

hojas al viento sin brújula del silencio

fragmentos de un sueño que se extingue

barcos sin timón en un mar infinito

almas sin ancla en un cielo sin fin

memoria como un faro en la tormenta

cofre de sueños de anhelos y batallas

mosaico de experiencias

viaje y danza eterna del tiempo

esencia de nuestro ser

memoria viva

llama inextinguible que se va

crepúsculo del olvido donde renacemos

eco de lo que fuimos

semilla del futuro

memoria de la creación

acto infinito

somos el ayer hoy y mañana

vaivén del tiempo

vida que se transforma

memoria que nos recuerda quiénes somos.

 

Lágrimas celestiales

 

Lluvia en soliloquio

llanto del firmamento

lágrimas de cielo desgajado

cristalino tormento

espasmos de cristal que hunden la tierra

réquiem silencioso que nace en la inmensidad

soplo húmedo

aliento del cielo que susurra

sudor de nubes que empapa el alma oscura

aceite sin nombre que resbala por la piel

bálsamo de agua que calma el ser

agua en caída libre buscando su destino

mar sin agua

océano seco de espumas

ola errante que busca su hogar en el vacío

viaje sin retorno hacia el abismo del hastío

verano ahogado en estertores de agonía

cigarras mudas en bodegas de la melancolía

poblaciones dormidas bajo un cielo gris

sueños de fuegos y bandidos

barco fantasmal surcando un cielo líquido

árbol erizado como felino en un combate en pánico

sangre de puñales 

visiones fugaces en un cuarto sin nombre

sueños sigilosos que se deslizan en la noche

postreros días que asoman en el horizonte

orígenes y recuerdos que se agolpan en la mente

párpado violentado la luz incandescente

sonido de hojas otoñales que se rompen

carne que se adhiere en un abrazo fatal

campos amarillos como espigas que se juntan

cuadro macabro que las almas atormentan

besos que detonan en un estallido de pasión

respiraciones que se ahogan en un mar de sollozos

mitad alma en el mar

mitad corazón en la tierra

ser dividido que observa el mundo

si cerrara los ojos

abrazo mi horizonte con fervor

sorda lluvia cayendo sin cesar

huracán de pétalos que danza en la tormenta

catarata de espermas

medusas que el alma atormenta

arco iris turbio que se desliza por la piel

agua que corre por las venas del mundo en un torrente de pesares  

lágrimas de un cielo que llora su propia agonía

poema que refleja la melancolía.

 

Espuma de cielo

 

Espumas delgadas

efímeras y leves

susurro del alba en copas de cielo

besos de rocío que acarician las breves flores del olvido

fugaz desvelo

mi gesto un ave enjaulada en tu mirada

mi anhelo un verso en la lira del viento

cautivos en la danza helada del tiempo que nos roba el sentimiento

vaso rebosante de estrellas moribundas

cansancio que invade como bruma espesa

las hojas que caen como heridas profundas

pájaros sin canto

vida que se espesa

cansancio que oprime

ahogo en su red oscura

anhela mi alma

vibra mi ser exhausto

guirnalda que se apaga

llama que se cura

ansia que se marchita

deseo que se ha exhausto

voz que arde en los vientos

voz que cae y se extingue

mente estéril entre tus manos que oprimen

látigos del hielo

azote de vientos atlánticos

huye aléjate extingue

tormento aciago que me hunde

alma que está sola

marea del llanto

ardiendo en el ciclón de las furias

ave sin un canto

erguida entre montañas

árboles que se lamentan

soledad sublime

sueños que se fragmentan

abandonada y única estirpe

faro de espanto

reflejo de la angustia

dolor y quebranto

lamento infinito

eco en la inmensidad

la eternidad me envuelve en su inmensidad

espumas que se elevan leves y etéreas

besando las estrellas en un cielo infinito

mi anhelo se transforma en alas certeras

rompiendo las cadenas del dolor maldito

vaso que rebosa de luz centelleante

cansancio que se esfuma como bruma fugaz

hojas que renacen en un verde vibrante

pájaros que entonan un canto final

deseo que se enciende

llama inextinguible

crepúsculo que se abre a un nuevo amanecer

sombra que se disuelve en un alba visible

canto de esperanza que vuelve a florecer

voz que surca los cielos

libre y sin ataduras

mente que florece en un jardín de ideas

lágrimas que se transforman en perlas  

angustias que se desvanecen cual leves marejadas

alma que renace en la luz radiante

danza del cosmos en un mar de armonía

soledad que se convierte en un canto vibrante

sueños que se reconstruyen en la epifanía

liberada y radiante

faro de esperanza

reflejo de la dicha

plenitud y bonanza

lamento que se transforma en una dulce danza

eco de la eternidad en la inmensa lontananza.

 

 

Naufragio del alma

 

Abismo que emerge

fantasma de la memoria

río que al mar enlaza su canto de olvido

en la aurora sin sal

un muelle sin gloria

y el alma desgajada

viaje final

corolas de espinas

lluvia sobre el corazón

cueva de náufragos de amor

aves de la lira en su canto se elevan

devora el tiempo y el mar

inmensidad del olvido

náufrago de mi ser

hora del beso febril

asalto del deseo

estupor ardiente

faro que dejó de arder

oscuridad naufragio profundo

ansiedad de mares e incertidumbre

furia de un tesoro perdido

embriaguez del amor

ahora un recuerdo

mar de penas

todo se ha hundido

brumosa infancia

alma alada y herida

soñador errante

descubridor perdido en la inmensidad del olvido

mar de sombras

anhelo divino

aferrado al dolor

madero en la tormenta

deseo abrazado

espejismo engañoso

tristeza que derriba

ola embravecida

mar de lágrimas

todo es nebuloso

muralla de sombras que aprisiona

viaje sin retorno

luz en la oscuridad más profunda

mar de dudas carne mía

mujer que amé y perdí

hora húmeda

donde la lluvia llora

elegía al amor

vaso que albergó la ternura

roto por el dolor

negra soledad del olvido

mujer de amor

fruta que calmó mi sed y mi hambre

milagro que floreció en medio de las ruinas

brote que nace

tierra de tu alma

cruz de tus brazos

deseo encendido

fuego voraz  

revuelto y ebrio

tirante y ávido

un volcán sin paz

cementerio de besos

donde las tumbas arden

racimos de pasión picoteados por aves de dolor

boca mordida

miembros besados

recuerdo que duele

dientes hambrientos

cuerpos entrelazados

amor que se fue a desmoronar

cópula loca de esperanza

ternura leve

agua y harina

palabra simple

labios que apenas despiertan

navegar de las olas

ahogo de mi anhelo

mi brújula enloquecida

sentina de escombros

dolor que exprime

olas que ahogan

tormento que crece

marino en la proa de la vida

cantos que florecen

mi alma lloraba

corrientes de versos

pozo abierto y amargo

pena que habita

hondero desventurado

mar de soledades

hora de partir  

fría noche que todo lo abraza

cinturón ruidoso del mar

estrellas que surgen

negros pájaros que emigran

muelles en el alba desolados y solos

sombra trémula se retuerce en mis manos.

 

Lágrimas del poeta

 

Alma desinformada 

lienzo en blanco

ignorante del dolor

la sospecha vil teje su telaraña

tormenta que ruge en mi interior

lamento entonado 

ni capricho de musa ni juego de rimas

canto de alma herida

melodía del abismo que me consume

penas que exigen canciones 

mis penas

cual aves nocturnas

canciones de dolor

cantos de amores que ayer brotaban

versos que antes rebosaban de alegrías

tormentosos y amargos

tempestad que azota mi corazón

ríos en furia 

palabras que fluyen como ríos desbocados

furias impotentes

restos de alegría naufragada

mis penas son espinas afiladas

lacerar del ser con cada roce

cicatrices profundas en las espesuras del alma

profundas las olas 

penas en las olas embravecidas

oscuras al ocaso que se avecina

abismo sin rastro de luz

vacío de sol y de consuelo

hondo precipicio como mi soledad

negro y despiadado como la noche

vacío desolado donde antes habitaba el amor

alma que se sumerge en un crepúsculo

esperanza que se ha perdido entre las sombras

eco de un lamento sentido

poeta en llanto hundido

abismo de mi propio dolor

líneas sin consuelo

agonía de un alma rota en mil pedazos.

 

Nostalgia de arboleda

 

La danza de los días y las noches

un rumor surge de los animales

la fiebre y el junco se entrelazan

las colinas se visten de viento oscuro

la luz desgarra las banderas del tiempo

en la lejanía resplandecen las cuerdas

las montañas de cuarzo se alzan

la sombra abraza mi existencia

un río arrastra el oro en su cauce

una serpiente de coral se desliza

el esqueleto del ruiseñor descansa

en el fango de mis pies se hunden mis pasos

los metales se apagan en el reposo

la adormidera acoge el refresco de la sangre

en la hoja se reflejan azules destellos

resonancias oscuras

eco que encuentra en el abismo

las piedras ruedan brillando en la puerta

la fosforescencia del hueso ilumina la noche

la infancia del pie en el arco iris

en la cima del relámpago

un espectro de voz ronca se erige

los estambres estrellados marcan los cielos

un signo del zodiaco fijo en su mirada

una rabia lenta y tensa despierta el ser

el aire límpido del helecho acaricia el alma

formas de doncellas bailan bajo la fronda

selva de árboles aromáticos abraza los sentidos

caracolas de orquídeas susurran al viento

un río desciende

una cascada transparente

resuenan los diamantes de historias ancestrales

la gracia de las melenas se funde con la brisa

los senos tiemblan bajo el sol ardiente

penumbras de juncos se entrelazan en oscuro delirio

muslos suavizados por el tiempo acogen la fruta partida

formas del tiempo humano danzan en el aire

flores silvestres tiemblan al paso del hombre

una joven diosa desnuda se baña bajo el sol

el olor agrio de los árboles impregna el aire

la ira de la noche se confunde con el olor de la sangre

los minerales y raíces se entrelazan en el aroma del río

el día se derrama en un vuelo de colores innumerables

la crisálida despierta a nuevos destellos

son hechizos relucientes como insectos plateados

las mariposas revolotean en un vuelo encantado

en la gruta incendiada arde el cristal

un claro manantial brota con íntima música

piedra pulida como joya que resplandece

la nube que pasa y el ave sale de su ruido

serpiente que se enrosca en la espalda sudorosa

palpitaciones reverberantes surcando las ondas del tiempo

divino temblor se expande al abrirse la rosa de la montaña

los brillos fugaces delinean una imagen insondable

los cielos y la tierra se entrelazan en una geografía de fuego

forma del día y de la noche se funden en mi ser

soy el día que surge en el horizonte

soy el viento que acaricia los ramajes de mi alma.

 

Vértigo del tiempo

 

En la vorágine del cosmos

un girasol desatado en silencios cósmicos

risas que resuenan como campanas celestiales

en tus huesos vibra la sinfonía de la vida

pedazo de tierra que abraza el firmamento infinito

las estrellas susurran secretos ancestrales

la esperanza brota en tus mejillas sonrojadas

como un sol naciente que despierta la aurora

el árbol testigo de la danza del tiempo

acusado por sus ramas que rozan el cielo

alas que surcan el viento como aves libres

la sombra se esconde entre los pétalos

las tinieblas olvidadas envuelven el llanto

lágrimas de estrellas lejanas se derraman en la noche

espuma que seduce al mar inmenso

y la sombra en susurros de viento

respira la voz que resuena en el vacío sideral

son eco de versos que narran historias inmortales

astros perdidos en el corazón del universo

claman por ser encontrados en la inmensidad

tus ojos ventanas del alma

suplican por el regreso de la luz perdida

el sonido de las hojas susurro del bosque

eco en la puerta de los misterios eternos

tiempo vibra al ritmo de la lluvia

flores pensativas en su letargo de sueños

recuerdos que escarban en las cenizas del pasado

lágrimas que brotan como estrellas en la noche

destino que teje hilos en mundos paralelos

los rencores separan anhelos distantes

dentro de ti el latido del cosmos

tormenta de vientos que susurran melodías tristes

un antifaz de estigmas oculta verdades

las alas ciegas de gaviotas buscan la luz del alba

el agua que corre por tus venas como ríos de vida

delirios que lamen los sueños fugaces

tierra innombrable origen y destino

lienzo infinito donde se plasma la creación.

 

Cautivo del pensamiento


Enjaulados pensamientos

llamas nerviosas

un universo de enigmas se desborda

los bosques huyen del sol radiante

versos errantes que el viento transporta

olas furiosas azotan el abismo

mientras te aproximas al sepulcro callado

el silencio abandona las naves errabundas

un sueño efímero a tu letanía atado

el bullicio del cemento ensordece

nubes trémulas se estremecen al ocaso

lluvia de recuerdos el cielo empapa

delirios dibujando un firmamento opaco

lágrimas luminosas en la noche lloran

donde nacen las penas

amargura profunda

ramo de flores sudado en sortilegio cae

demencia de la tierra que el cielo derriba

alma el límite del alma atormentada

en el rincón de mis amores florece

enciende la esperanza silente y dormida

pensamiento que aún me pertenece

duda que las tormentas el tiempo trae

canción que mece al mar en su vaivén

descansa sobre las rocas del acantilado

paso inexorable que marca la muerte

el arbusto lejano navega con las olas

mundos girando en la inmensidad nocturna

cansado de soñar con gaviotas albas

titila la soledad con sospecha nocturna

la culpa de las hojas me observa con recelo

soñar ya no puedo

reposan las ansias en la luna

el ocaso se acerca final inevitable

un horizonte que se oculta y se desmorona

tumultos sorprendidos por un grito que estalla

espiga dormida en mi mano destino incierto

ya viene el otoño con el viento que sopla

ventolera que duerme en el alma

un anhelo perdido.

 

Aullido de la noche

 

Bajo la luna aulla la noche

ventanas al sepulcro del dolor se abren

montañas sin tiempo ¿quién las buscará?

volcanes oscuros vomitan sombras

el viento incansable se lleva el horizonte

árboles testigos de gestos ingenuos

sollozan su lamento en la penumbra

suspiros como espectros atraviesan la muerte

sentimientos naufragan en mares de olvido

crepúsculo suspendido eterno en su agonía

caminar sobre piedras perennes

sendero de penas

el sol desfallecido cae hacia la tarde

mientras el silencio acaricia el cielo

manos desgarradas libres del juramento

acecha el nicho de incertidumbres

tormenta infinita azota los sentidos

puentes que se desmoronan en el abismo

mirada que se abre en la ventana del orizonte

el tiempo se deshace en cabellos de plata

la melancolía tejedora de recuerdos

hilvana el firmamento con amargas nostalgias

astros enamorados perdidos en la noche

baile al compás de destinos perfumados

besos que desfallecen en un mar de espinas

grito que estalla en la cumbre del deseo

huracán de versos tristes

ciclón de desolación

pensamiento agonizante

eco de silencio  

guarida de celos prisión de emociones

reflejo de soledades

espejo de desamparo

alas tullidas

lluvia que arrastra sueños

quimeras lunares danzas de ilusión

fuego que arde en las arterias

vida que consume

carne que huye de sus huesos

cárcel de la existencia

aliento de ilusiones blancas

brisa de esperanza

estela de deseos inconclusos

estrella fugaz fulgor del lucero

faro en la marea de la noche

última lágrima antes de sucumbir al silencio

palabra sepultada en la arena del olvido

beso que se ahoga en el mar del dolor

naves que parten dejando estelas de ausencia

estallidos del corazón fragmentos de pasión

pupilas petrificadas en el reflejo taciturno

arrecifes que mueren al ocaso del día

el temblor de tus párpados es presagio de tormenta

ilusiones que se aferran a los rayos de esperanza

cadena de orgullos grilletes del alma

inviernos perdidos

nieve que cubre el corazón

siglos que reclaman su espacio en el tiempo

umbral que se niega a ceder

puerta del silencio

estrella en torbellino

danza de la eternidad

aurora que amenaza con romper los sueños

tus labios afiebrados

brasa en la noche fría.

 


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