Las nubes distraídas sucumben en el horizonte,
como canciones vagabundas de gaviotas que olvidaron el vuelo.
Y volverán al conjuro secreto del otoño.
Amor que juega como las nubes en misteriosos quiebres.
Laberinto de miradas y sombras que naufragan en el miedo,
y un grito deshabitado se derrama en la memoria del aire.
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