El grito de un barco, como un puñal en el cielo,
hiende la niebla que envuelve los botes sumisos.
La bahía se pierde en la lejanía de la tierra,
mientras un canto bohemio estrujando el tiempo resuena en
una taberna.
Valparaíso, puerto bajo el cinturón estrellado,
llevas tu solemne pan de sueños,
te levantas como un mar mágico,
con las brasas ardientes de tu pasado olvidado.
La bahía de la esperanza y la desesperación aguarda,
con sombras de pescadores que cantan su destino.
El corazón resplandeciente del puerto dormido,
vigilado por las estrellas que no dudan.
Ciudad de contrastes, donde el cielo y el mar se abrazan,
y las olas golpean los muelles con furia eterna.
Valparaíso, cuna de poetas y navegantes,
tu historia se escribe en las calles empedradas y en los
cerros que te coronan.
Tus casas multicolores se aferran a las laderas,
como un arcoíris que se desliza hacia el mar.
Los ascensores suben y bajan, transportando sueños y nostalgias.
En tus calles se respira un aire de bohemia,
de artistas y marineros que comparten historias.
Los bares y las tabernas se llenan de música y poesía,
y la noche se convierte en un lienzo para la creatividad.
Tus monumentos y edificios históricos son testigos del
pasado,
de las batallas y victorias que marcaron tu destino.
Valparaíso, ciudad que guarda secretos en cada esquina,
te invito a recorrer tus calles y descubrir tu alma.
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