Escribirte con el corazón,
tarea ardua, un baile de mitades en pugna.
La mano izquierda, la que aún te añora,
la derecha, la que te manda a la luna.
A veces quisiera un solo lado,
unísono en su sentir, sin tanta duda.
Pero soy un manojo de pedazos,
cicatrices que aún guardan la bruma.
Y al final, te escribo con todo,
con la izquierda y la derecha en un lodo.
Un corazón entero, aunque a ratos roto,
que te ama, a pesar del terremoto.
La izquierda te recuerda, te nombra,
la derecha te borra, te asombra.
Dos mitades en guerra constante,
una danza macabra, un disparate.
Pero al final, las letras se juntan,
en un poema que te busca y te acuna.
Un corazón que late, a pesar de la herida,
con la esperanza de que un día te dé la vida.
Te amo con la izquierda, te amo con la derecha,
te amo con las cicatrices que aún me flecha.
Te amo con el corazón entero,
a pesar del dolor, del miedo, del trueno.
Te amo porque sí, porque no hay razón,
te amo con la pasión de un león.
Te amo con todo lo que soy,
un corazón que por ti siempre está en voy.
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