Eres una distraída,
con cara de ángel y alma de bandida.
"Ceda el Paso" te gritaba la señal,
pero tu mirada solo buscaba el mal.
¡Qué no lo viste! ¡Mentiras!
Tus ojos brillaban con puras mentiras.
Yo tenía derecho a la vía,
más tu imprudencia me quitó la alegría.
Hiciste que mi corazón chocara
contra el muro de tu indiferencia rara.
Y ahora me dices que fue un accidente,
como si el destino no tuviera un diente.
Destrozaste mi corazón sin compasión,
y para colmo no tengo seguro para el querer.
¡Ya vas a ver!
Te llevaré a juicio por este atropello.
Y ojalá te quiten la licencia de enamorar,
para que no causes más daño manejando.
Así es el juego de amor y seducción,
te declaro culpable, mi dulce conductora.
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