Tus labios
susurran olas de sal,
un rumor de
espuma que busca la brisa.
Vienes en
silencio, pequeña y fugaz,
como un
parpadeo de estrella en primavera.
Tu aroma
brota en el huerto de mi corazón,
salpicando
de pasión este amor que te extraña.
Me cubro de
hierba para verte más bella,
acariciando
tu fragancia con un beso en sosiego.
Cruzaré el
valle de tu figura esbelta,
con mis
dedos extendidos como bandada de pájaros.
Pintaré la
luna con el brillo de los jazmines,
y te
invitaré a la danza de nuestros destinos.
En lo más
hondo de mi memoria,
una nota de
violín duerme en tu regazo.
Te invito a
recordar la primera vez,
cuando tu
aroma despertó mis manos,
temblorosas
como gotas de lluvia en mi piel.
En un sueño extraño te encontré,
entre
flores de luna y pájaros de miel.
Tus ojos
brillaban como estrellas fugaces,
y tu voz
era un canto de olas en la tempestad.
La atmósfera te envuelve, la pasión te define,
en este poema donde el amor se renueva.
Sueños, deseos y anhelos se mezclan,
en un baile de palabras donde las almas se tocan.
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