Thursday, February 08, 2024

105.- Canción a la pena de un hombre

 

Un quejido lastimero se extingue en la noche,

el sueño me sofoca y no admito morir con él,

y el silencio pernocta conmigo, sin reproche.

 

Mi boca besa en secreto la almohada nocturna,

de modo igual susurro tu nombre entre suspiros,

y viene luego el sollozo que alivia la pena y me inunda.

 

Mis lágrimas evocan querencias,

pues el olvido no tiene piedad conmigo,

ni con el amor que aún resiste, rebelde y erguido.


Las horas son lánguidas y eternas:

es ahora cuando comienzo a desvariar dormido,

y más me aterra la pena pálida de los años inciertos.

 


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